jueves, 10 de mayo de 2007

En Sao Paolo aplauden al Papa Benedicto XVI


Una multitud aplaudió entusiasmada al Papa Benedicto XVI cuando salió para dar su bendición por primera vez desde un balcón del monasterio de Sao Bento, en el centro de Sao Paulo, donde ayer comenzó una visita pastoral de cinco días a Brasil.

Desde una cabina de cristal blindado, que marcaba distancias con la multitud, el Papa saludó a las miles de personas que abarrotaron la entrada del monasterio para manifestarle su cariño.

El Pontífice hizo un discurso muy breve, que no estaba previsto en la programación, lo que animó aún más a los congregados que le interrumpieron varias veces con aplausos, una de ellas cuando mencionó a Frei Galvao, el beato brasileño que será canonizado el próximo viernes.

"Esta acogida tan calurosa conmueve al Papa", dijo Benedicto XVI para agradecer que le hubieran aguardado.

Tras señalar que estos días "estarán llenos de emociones y alegrías" para todos los fieles y para la Iglesia, señaló que en todos los rincones del mundo se está rezando por los frutos de este primer viaje pastoral a Brasil y a América Latina.

"Gracias por haber venido... buenas noches, obrigado (gracias)", agregó en su rápido mensaje al final del cual impartió la bendición y obtuvo de respuesta un sonoro "¡amén!" de las más de 5 mil personas reunidas en la estrecha plaza frente al monasterio de cuatro siglos. La multitud ocupaba también las calles adyacentes.

El monasterio de San Bento (Benedicto en portugués), donde el Papa se alojará hasta el próximo viernes, pertenece a una comunidad de clausura y está dedicado al santo patrono de Europa, en quien se inspiró el Pontífice para tomar el nombre papal.

El avión verdiblanco de Alitalia tocó la pista del aeropuerto internacional de Guarulhos a las 16:10 hora local, con 20 minutos de adelanto, con las banderas de Brasil y del Vaticano flameando frente a la cabina de comando.

Luego de unos minutos de espera apareció el Pontífice todo vestido de blanco, con una sencilla estola y solideo del mismo color y un crucifijo colgado del pecho. En la pista fue recibido por el presidente Luis Inacio Lula da Silva y su esposa Marisa Leticia y la plana mayor de la Iglesia brasileña y continental.

El Pontífice estará cinco días en Brasil, donde canonizará al primer santo nativo, hablará con la juventud, visitará un centro de drogadictos e intoxicados e inaugurará la V Conferencia del Episcopado Latinoamericano, que trazará el curso de la Iglesia para la próxima década.

Luego, en su primer discurso frente a las autoridades políticas y religiosas, dijo que "Brasil ocupa un lugar muy especial en el corazón del Papa, no solamente porque nació cristiano y porque posee hoy el mayor número de católicos, sino sobre todo porque es una nación rica en potencialidades". Benedicto habló de pie sobre una tarima, en otro extremo de la cual estaban el presidente de Brasil y la primera dama.

Fuente: Agencia de Noticias Brasileña

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