martes, 29 de mayo de 2007

Cristianos Siro-Malankares fieles al Papa


Al recibir este lunes a Su Beatitud Isaac Cleemis Thottunkal, nuevo arzobispo mayor de Trivandrum de los siro-malankares, Benedicto XVI alentó a esta Iglesia a mantener su fidelidad tanto al Papa como a la tradición cristiana oriental de la India, en la que hunde sus raíces.

El arzobispo mayor, de 47 años, fue elegido por el Santo Sínodo de la Iglesia como sucesor del siervo de Dios Cyril Mar Baselious el 8 de febrero de 2007, y fue confirmado por el Papa Benedicto XVI el 10 de febrero de 2007.

Juan Pablo II elevó la Iglesia siro-malankar al rango de Iglesia mayor arzobispal. Un arzobispo mayor tiene una autoridad similar a la de un patriarca. Decisiones clave, como la elección de los obispos en su territorio, son tomadas por su sínodo de obispos. Una diferencia significativa, es que la elección de un arzobispo mayor debe ser confirmada por el Papa, mientras que un nuevo patriarca pide la comunión al Papa.

Su Beatitud Isaac Cleemis Thottunkal es pastor de una Iglesia de 405.000 bautizados, divididos en dos arquidiócesis y cuatro diócesis, que cuentan con la asistencia espiritual de 632 sacerdotes en la India, y con 15 misiones en América del Norte.

Estos católicos son considerados tradicionalmente como sucesores de la evangelización comenzada por santo Tomás apóstol en la India en el año 52, según la tradición.

«Ahora, la Iglesia universal, junto con todos los que pertenecen a vuestra tradición eclesial, cuenta con Su Beatitud para asegurar que la comunidad malankar puede proceder por un doble camino», explicó el Papa al nuevo arzobispo.

«Por un lado, en fidelidad a la Sede Apostólica, siempre participáis plenamente del respiro universal de la única Iglesia de Cristo; por otra parte, vuestra fidelidad a los rasgos orientales característicos de vuestra tradición posibilitarán a toda la Iglesia beneficiarse de lo que en su múltiple sabiduría "el Espíritu dice a las Iglesias"», añadió.

En estos momentos en los que la Iglesia siro-malankar afronta los desafíos de inicios del tercer milenio, el Papa dijo a su huésped: «Ahora es el tiempo de la nueva evangelización, un tiempo de diálogo constantemente renovado y convencido con todos nuestros hermanos y hermanas que comparten la fe cristiana, un tiempo de encuentro respetuoso y fructífero entre religiones y culturas por el bien de todos, y especialmente por los más pobres de entre los pobres».

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