lunes, 14 de mayo de 2007

El Papa se gana el corazon de los brasileños con sus gestos


Benedicto XVI ya está en Roma después de cinco intensos días en Brasil, donde ha conseguido ganarse el cariño y el afecto de los católicos brasileños, que le han seguido allá por donde ha pisado. Afecto también el que mostró el Pontífice durante su estancia en el país suramericano. Lo demostró con emoción en su despedida: “Al dejar esta tierra bendecida de Brasil, se eleva en mi alma un himno de acción de gracias al Altísimo, que me permitió vivir aquí horas intensas e inolvidables”.

Pero no quedaron ahí las palabras de Benedicto XVI, que recordó emocionado “las manifestaciones de entusiasmo y de profunda piedad de este pueblo generoso”. Poco después, el Papa se marchaba rumbo a Roma dejando un último mensaje: “Os llevo a todos en mi corazón, donde brota la bendición que a ustedes concedo y que hago extensiva a todos los pueblos de América y del mundo”.

Con estas muestras de agradecimiento y cariño terminaba un viaje que destacó por su carácter pastoral —ahí están todos los mensajes— y por los profundos gestos de amor de Benedicto XVI para con el pueblo brasileño. Se mostró, en todo momento, con una sonrisa, emotivo y atento. Ejemplo de ello son las continuas salidas de protocolo para saludar y bendecir a la gente. Se dejaba ver cuando no estaba previsto, se acercaba y les estrechaba las manos. Los fieles también le respondieron, desafiando el frío y la lluvia en muchas ocasiones, con su presencia y coreando su nombre. ¡Bento! ¡Bento! ¡Bento! (Benedicto en portugués) resonaba continuamente.

Si la sintonía entre el Papa y los brasileños fue muy intensa, no lo fueron menos los mensajes que el Pontífice envió a la población y a los responsables de la Iglesia en Latinoamérica.

Con especial fuerza, el Papa hizo un llamamiento a los jóvenes a no malgastar su juventud, sino a vivirla con intensidad. Les pidió que se conviertan en los protagonistas, porque “sois el futuro de la Iglesia, su rostro joven”, dijo. Y añadió: “La Iglesia os necesita, porque sin vosotros se presentaría desfigurada”.

A los obispos y pastores extendió un auténtico vademécum sobre las principales preocupaciones de la Iglesia. Insistió en la defensa de la familia y de la vida, reafirmó la opción preferencial de la Iglesia por los pobres ante la Teología de la Liberación y pidió discernimiento, a los sacerdotes y religiosos, sobre las vocaciones.

A los políticos
También se dirigió a los políticos, sobre todo, a Lula da Silva, con el que se entrevistó y quien promete tener en cuenta las preocupaciones del Papa. “Su mensaje fue un poco de lo que ya esperábamos: en relación con la juventud y la familia. Son dos asuntos de extrema importancia que Brasil debe continuar discutiendo", afirmó.

Fuente: Gaceta de los Negocios

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