El Papa se despide de la visita a Brasil
El papa Benedicto XVI advirtió este domingo que la Iglesia Católica "no es una ideología", en la multitudinaria misa de apertura de la Conferencia de Obispos Latinoamericanos a los cuales expresó sus preocupaciones religiosas y sociales sobre la región.
Unas 150.000 personas llegadas de todo Brasil y buena parte de América asistieron a la celebración frente al Santuario Nacional de Aparecida, en el sureste de Brasil, según estimaciones del Vaticano y la policía local.
La Iglesia brasileña, la mayor del mundo, aguardaba a medio millón de fieles para esa misa que será la última del Pontífice antes de regresar por la noche a Roma tras cuatro días en Brasil.
El catolicismo "no es una ideología política ni un movimiento social, como tampoco un sistema económico", dijo Benedicto en su homilía dirigida especialmente a los obispos de América Latina, la región con más católicos del mundo.
"La religión católica es fe en Dios amor" y "la Iglesia no hace proselitismo", afirmó el Papa a quien acompañaban obispos de toda América Latina, el continente donde echó raíces la Teología de la Liberación.
Esa corriente, en boga en los años 70, promovía el compromiso político y social de los católicos pero era cuestionada por el Vaticano que la consideraba teñida de marxismo.
Pero la religión "no debe ser un motivo de evasión de la realidad histórica", precisó el Papa, que el jueves pasado ya instó a los jóvenes a involucrarse en la acción social.
La Iglesia debe compartir "las alegrías y las esperanzas, los dolores y las angustias" de la gente, "especialmente de los más pobres y los que más sufren", afirmó.
En su mensaje, insistió en pedir a los obispos que tomen en cuenta la pobreza que castiga a buena parte de los latinoamericanos. "Pienso especialmente en aquellos hermanos y hermanas que padecen hambre", afirmó.
Benedicto calificó a América Latina de "continente de la esperanza" y exigió apego a la doctrina católica: "Sed fieles, para ser misioneros valientes y eficaces".
Fieles llegados de toda América agitaron banderas de sus países y sumaron sus voces al grito de "Bento, Bento" -Benedicto, en portugués-, coreado decenas de veces.
En torno al altar se levantaban todas las enseñas de América Latina y debajo de ellas, pendones con la imagen de la respectiva patrona nacional.
Acompañaron al Papa más de un centenar de obispos que participarán en la quinta asamblea de la Conferencia Episcopal Latinoamericana (Celam) que se extenderá hasta el día 31.
Esa asamblea, la primera en 15 años, definirá el rumbo de la Iglesia en la región con más católicos del mundo, pero que enfrenta la emigración de fieles hacia confesiones pentecostales y que acaba de sufrir una derrota con la legalización del aborto en Ciudad de México.
Benedicto, que en Brasil expresó su preocupación por la deserción de feligreses y el avance de legislaciones contrarias a la Iglesia, hizo votos para que la reunión del Celam "produzca abundantes frutos de auténtica renovación espiritual y de incansable evangelización".
El Pontífice subrayó que la Iglesia debe crecer "mucho más por 'atracción'" que por "proselitismo", gracias a "la fuerza de su amor".
En la misa de Aparecida pidió a los obispos que defiendan la integridad de la familia. "Esforzaos, sobre todo, en contruir entre todos una sociedad más solidaria y más fraterna, con la preocupación de hacer descubrir a los jóvenes la grandeza de los valores familiares", dijo Benedicto XVI.
Fuente: Mundovision. com
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