Analisis de la Agencia Reuters sobre el viaje del Papa a Brasil
El Papa Benedicto XVI llegará la semana próxima a Brasil, en su primera visita a América Latina, para concentrarse más en reordenar a la Iglesia que en emular la efusiva prédica pastoral de su antecesor, Juan Pablo II, dijeron analistas.
El Sumo Pontífice, Joseph Ratzinger, de 80 años, aterrizará el 9 de mayo en Sao Paulo, una ciudad clave para un país que tiene a la Iglesia más activa y diversa de un continente que alberga a la mitad de los católicos en el mundo.
Analistas esperan que Benedicto XVI confirme el sello eurocentrista y ortodoxo de su papado, que contrasta con otras doctrinas que rondan en América Latina como la Teología de la Liberación, la cual busca dar un mayor protagonismo a los sectores más pobres de la población.
"La pregunta es hasta dónde un intelectual de la talla filosófica e ideológica de Ratzinger se abre a una realidad latinoamericana marcada por la extrema pobreza, una pobreza que se mantiene ahí con altos niveles de injusticia," dijo Bernardo Barranco, presidente del Centro de Estudios de las Religiones en México.
José María Poirier, director en Argentina de la revista Criterio, de inspiración católica, cree que esta región representa un desafío gigante para la Iglesia y que las primeras señales desde Roma no han traído vientos de cambio.
"Es el continente de mayor desigualdad social y eso le crea a la Iglesia un conflicto grande ¿Cómo demuestra (el éxito de) su mensaje de justicia, de paz, de amor, de solidaridad, en un continente que tiene las mayores distancias entre ricos y pobres?," preguntó.
Poirier piensa que Ratzinger dejó clara su postura cuando en marzo censuró al sacerdote español Jon Sobrino, figura clave de la Teología de la Liberación, que tiene varios adeptos en Brasil, y que alienta a los pobres a no esperar a la "otra vida" para librarse de la miseria.
Para el Vaticano, Sobrino enfatizaba demasiado la idea de asemejar a Jesucristo con un hombre normal, y en marzo calificó a sus enseñanzas de "erróneas y peligrosas," un castigo que convierte a sus escritos en tabú.
Benedicto XVI recientemente se inmiscuyó en persona en uno de los temas mas polémicos vigentes en la región al enfrentar públicamente la decisión de la Ciudad de México de legalizar el aborto. El Papa pidió a los obispos de México, país que tiene la segunda población mundial de católicos, que se opongan a la medida.
MISIONES DISTINTAS
Walmor Oliveira de Azevedo, Arzobispo de Belo Horizonte, considera que las misiones de Benedicto XVI y su antecesor son muy distintas.
"Cuando murió el Papa Juan Pablo II concluyó un ciclo de una enorme belleza en términos de actuación, con un carisma, una santidad y una espiritualidad convincentes ", señaló.
"La Iglesia, tras el fulgor del papado de Juan Pablo II, necesitaba entrar en un período de reconstrucción de su interior, en una comprensión de estas cuestiones desafiantes del mundo actual," añadió.
Durante su estadía en el país que alberga ala mayor grey católica del planeta, Benedicto XVI abrirá la V Conferencia Episcopal de América Latina y el Caribe, canonizará al primer santo nacido en Brasil y oficiará una misa en la que se esperan 1,5 millones de personas. Luego partirá el 13 de mayo.
Pero, además de su actividad pública, el Papa tendrá la tarea central de dejar un mensaje a los prelados latinoamericanos que se reunirán en la conferencia episcopal en la ciudad de Aparecida, a unos 100 kilómetros de Sao Paulo. Y se aguarda una fuerte reivindicación de la doctrina católica
"Creo que es su gran apuesta," dijo Poirier.
Agustín Moreno Molina, profesor de ética de la Universidad Católica Andrés Bello en Caracas, cree que Benedicto XVI buscará "establecer límites al sincretismo religioso," lejos de la apertura hacia otras creencias de Juan Pablo II.
Esto fijaría una posición ante el problema religioso que significa para la Iglesia latinoamericana su pérdida de vigencia en favor de manifestaciones evangélicas populares, y frente a la falta de ortodoxia que muestra buena parte de la juventud cristiana latinoamericana, dijeron los analistas.
Pero, más allá de las diferencias entre Karol Wojtyla "más un filósofo y un pastor que un teólogo" y Ratzinger "un hombre de la reflexión más dura," según la visión del sociólogo uruguayo Néstor da Costa, especializado en religión, la devoción por la figura papal está fuera de duda.
El fervor que se aguarda acompañe el paso de Benedicto XVI por Brasil fue sintetizado en una frase por el profesor venezolano Moreno Molina: "En América Latina hay una tradición de admiración por la figura del Papa, sea quien sea."
Fuente: Reuters
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