sábado, 13 de enero de 2007

Palabras del Papa en el centro caritativo de Roma


Saludo al responsable, a los educadores y a los muchachos del centro juvenil "Il Centro", a los que agradezco los hermosos cantos con que nos han alegrado. Además, habéis cantado el "Te Deum" en alemán. Gracias por este gesto especial. Saludo al párroco de San Silvestre y San Martín en los Montes, a los sacerdotes y a las personas consagradas presentes. Expreso mi agradecimiento en especial a la señora jefe del servicio del comedor, al voluntario y al huésped que se han hecho portavoces e intérpretes de los sentimientos comunes.

Mi saludo más cordial se dirige a vosotros que diariamente gozáis del servicio de este comedor de la Cáritas, y con el pensamiento quisiera abrazar a todos vuestros amigos que, procedentes de casi todos los países del mundo, están presentes en esta ciudad.

En este comedor, que en cierto modo podría considerarse el símbolo de la Cáritas de Roma, en esta posada, como ha dicho vuestra portavoz, se puede palpar la presencia de Cristo en el hermano que tiene hambre y en el que le da de comer. Aquí se puede experimentar que, cuando amamos al prójimo, conocemos mejor a Dios, pues en la cueva de Belén él se manifestó a nosotros en la pobreza de un recién nacido necesitado de todo.

El mensaje de la Navidad es sencillo: Dios ha venido a nosotros porque nos ama y espera nuestro amor. Dios es amor: no un amor sentimental, sino un amor que se ha hecho entrega total hasta el sacrificio de la cruz, comenzando por el nacimiento en la cueva de Belén.

Fuente: Ecclesia

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