jueves, 11 de enero de 2007

A la Iglesia nunca le faltaran persecuciones


En la historia de la Iglesia nunca faltará la persecución, considera Benedicto XVI, pero ésta se convierte en fuente de misión.

Esta es la lección que deja el testimonio de san Esteban, el primer mártir cristiano, explicó el Papa en la audiencia general de este miércoles, concedida en el Aula Pablo VI, dedicada a presentar esta figura decisiva de la Iglesia naciente.

Esteban era uno de los primeros siete «diáconos» creados por los apóstoles, lapidado en las afueras de Jerusalén por judíos que le acusaron de blasfemia por anunciar a Jesús, «crucificado y resucitado», como «el punto de llegada de toda esta historia», según cuentan los Hechos de los Apóstoles.

Recordando la narración de su martirio, del que fue testigo Saulo de Tarso, futuro san Pablo, el obispo de Roma explicó en la audiencia que el «protomártir» «nos habla sobre todo de Cristo, de Cristo crucificado y resucitado como centro de la historia y de nuestra vida».

San Esteban, aclaró el Papa a los 7.000 peregrinos presentes, permite «comprender que la Cruz ocupa siempre un lugar central en la vida de la Iglesia y también en nuestra vida personal».

«En la historia de la Iglesia no faltará nunca la pasión, la persecución --subrayó--. Y precisamente la persecución se convierte» en «fuente de misión para los nuevos cristianos».

Fuente: Zenit.org

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