martes, 24 de abril de 2007

Lo que le espera al Papa Benedicto en Brasil


El encuentro será inaugurado el 13 de mayo por el papa Benedicto XVI. Por más de 20 días, los pastores de diversos países analizarán la realidad de cada lugar y marcarán la línea que seguirá la pastoral en los próximos años.

Brasil, 12 de abril de 2007.- En su primera visita oficial a América latina, el papa Benedicto XVI llegará el 9 de mayo a Brasil, donde, el 13 de mayo, inaugurará la V Conferencia del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, que se desarrollará en la ciudad de Aparecida, en San Pablo. Éste será el mayor acontecimiento en el continente desde 1992, año en que se recordaron los 500 años del Descubrimiento de América, cuando se desarrolló la IV Asamblea en Santo Domingo.

Las Conferencias Generales son reuniones de obispos en las cuales los pastores analizan la vida de la Iglesia en sus territorios, descubren aspectos positivos y negativos, identifican problemas comunes, y deliberan de común acuerdo sobre las soluciones y líneas de acción pastoral.

Los presidentes y los delegados del Celam se reunieron en el año 2001 en la XXVIII Asamblea Ordinaria. En ese encuentro se decidió pedirle al Santo Padre Juan Pablo II que convocara a una nueva Conferencia General. Juan Pablo II acompañó los primeros pasos de su preparación y aprobó la idea. Benedicto XVI, pocas semanas después de haber iniciado su pontificado, se declaró plenamente de acuerdo con este encuentro.

El día 7 de julio del 2006 entregó al presidente del Celam el tema de la V Conferencia: “Discípulos y misioneros de Jesucristo, para que nuestros pueblos en Él tengan vida” –“Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida” (Jn 14, 6)–.
La Conferencia General es convocada por el Santo Padre a petición de un grupo de Conferencias Episcopales. Él es quien acoge el propósito de reunirse, quien aprueba el tema y quien abre la reunión y la orienta con su discurso inicial. Él es también quien da su aprobación a las conclusiones del modo que estima más adecuado.
En América latina se celebraron cuatro Conferencias Generales llamadas también Asambleas: Rio: 1955, Medellín: 1968, Puebla: 1979, Santo Domingo: 1992.

Este proceso que se iniciará en la Arquidiócesis de Aparecida, se afianzará mediante una Gran Misión en América Latina y el Caribe que los obispos convocarán durante la celebración de la Conferencia.

De este encuentro participarán 266 personas, divididas entre 162 miembros, 81 invitados, 8 observadores y 15 peritos. Además de los tres presidentes y dos secretarios de la V Conferencia, figuran como miembros 14 cardenales latinoamericanos, la Presidencia del Celam y de la Pontificia Comisión para América Latina (CAL), los presidentes de las distintas conferencias episcopales de la región, los 93 delegados escogidos por cada Episcopado, 15 miembros nombrados por el Santo Padre, el secretario general del Sínodo de los Obispos, tres nuncios apostólicos, representantes de Consejos de Conferencias Episcopales y ocho obispos de otras Conferencias Episcopales.

Entre los invitados figuran 24 sacerdotes diocesanos, cuatro diáconos permanentes, 16 religiosos y religiosas, 15 laicos, cinco superiores mayores, tres miembros de la Confederación Latinoamericana de Religiosos (Clar) y una representante de la Confederación de Institutos Seculares en América Latina (Cisal).

Además, el Santo Padre invitó a representantes de cinco movimientos eclesiales que tienen importancia en América latina: el Camino Neocatecumenal, Shalom, Comunión y Liberación, Schöenstatt y el Sodalicio de Vida Cristiana; además de representantes de organismos de ayuda, ocho observadores y 15 peritos.

Rio de Janeiro fue sede del primer encuentro, que se vivió del 25 de julio y el 4 de agosto de 1955, convocado por el papa Pío XII. Esta Asamblea le dio nacimiento al Consejo Episcopal Latinoamericano.

El objetivo fundamental del encuentro fue reflexionar sobre la escasez del clero, lo que impedía a la Iglesia realizar adecuadamente sus tareas pastorales y responder a los nuevos desafíos que planteaba la realidad latinoamericana.
Entre éstos figura como principal preocupación el avance del protestantismo y los ataques provenientes de la masonería. La conferencia abordó con especial cuidado el problema de las misiones entre los aborígenes y los campesinos, los medios de comunicación, los inmigrantes, la educación y la cultura.

Medellín fue inaugurada por Pablo VI, realizado entre el 26 de agosto y el 6 de septiembre de 1968. El tema fue: “La Iglesia, en la actual transformación de América latina a la luz del concilio”. Esta Asamblea significó un momento decisivo en la vida de la Iglesia, que por primera vez tomó conciencia, aunque ya mantenía un compromiso profundo, de la gravísima situación de injusticia social, a la que criticó como una situación de “violencia institucionalizada”. Por primera vez, representantes de la jerarquía latinoamericana asumieron, como parte esencial de su misión evangelizadora, la denuncia de la injusticia social.

La conferencia de Puebla de los Ángeles, México, fue convocada e inaugurada por Juan Pablo II, el 28 de enero de 1979 y concluyó el 13 de febrero. La Iglesia inició una postura de crítica social y denuncia de las injusticias en todas sus formas, postulando una sociedad nueva, que Puebla llamara “de la comunión y de la participación”. Para construirla, muchos sacerdotes, religiosos y religiosas se fueron a vivir a las poblaciones marginales e hicieron suya la suerte de los más pobres, convirtiéndose a menudo en sus líderes y portavoces.

“Jesucristo, ayer, hoy y siempre” fue el lema de la IV Conferencia General del Celam, reunido en Santo Domingo, República Dominicana, que se celebró entre los días 12 y 28 de octubre de 1992. El tema de ese encuentro fue “Nueva Evangelización, Promoción Humana, Cultura Cristiana”.

La ciudad de Aparecida se ubica a 168 kilómetros de San Pablo. Tiene 34.904 habitantes. En ella se ubica el santuario de la Virgen de Aparecida que recibe a cerca de 7 millones de peregrinos cada año.
La imagen porta la corona imperial, de oro y piedras preciosas, con la que fue coronada reina de Brasil por el papa Pío X en 1904. Pío XII la proclamó patrona principal del Brasil en 1930 y el día de su fiesta, el 12 de octubre, fue declarado feriado nacional.

Según la tradición popular, en el año 1717, tres pescadores encontraron en sus redes la imagen de Nuestra Señora de la Concepción Aparecida e iniciaron su devoción. En 1741 se construye una capilla para acoger la imagen. Posteriormente, en 1844 se construye una iglesia mayor conocida como “Basílica menor”. En 1955 se inició la construcción de la “Basílica Nova” que fue consagrada por el papa Juan Pablo II, durante su visita a Brasil en 1980.
El Santuario de Aparecida está a cargo de los Padres Redentoristas. Tiene una capacidad para 75 mil personas. (Católico Digital)

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