domingo, 1 de abril de 2007

El Papa celebro la misa de Ramos y se dirigio a los jovenes


El papa Benedicto XVI instó a los jóvenes a buscar de forma incesante a Dios con manos inocentes que no se usen en actos de violencia o estén manchadas por corrupción y sobornos.

Las enérgicas palabras del papa Benedicto XVI marcaron el momento más intenso de un soleado Domingo de Ramos en El Vaticano presidido por el recuerdo y homenaje a la figura de Juan Pablo II. En su homilía, Benedicto XVI dijo a los jóvenes que para seguir a Dios, deben tener "manos inocentes y corazones puros". "Las manos inocentes son manos que no se usan para actos de violencia", explicó.

"Son manos que no están manchadas por la corrupción o los sobornos", añadió. A la vez dijo que los corazones son puros cuando no están "manchados por las mentiras y la hipocresía". "Un corazón es puro cuando es ajeno a la intoxicación del placer, un corazón para el cual, el amor es verdad y no sólo una pasión momentánea", manifestó el papa Benedicto XVI.

Unas 40.000 personas asistieron a esta ceremonia al aire libre que comenzó con la procesión de las ramas de olivo posteriormente bendecidas por el papa Benedicto XVI. Comenzaron así las celebraciones de la Semana Santa que este año seran vividas bajo el recuerdo de quien fue el gran papa Juan Pablo II. De forma significativa, se señaló a Hechos de Hoy, el papa Benedicto XVI quiso que la misa del Domingo de Ramos siguiera la tradición marcada por Juan Pablo II de estar dedicada a los jóvenes.

La celebración terminó con el rezo del Angelus dirigido por Benedicto XVI desde delante de la puerta de la Basílica de San Pedro y no desde la ventana de su despacho como cada domingo normal. En su homilía, el papa Benedicto XVI instó también a "seguir a Cristo" y a tomar "la decisión fundamental de dejar de considerar la utilidad, la ganancia, la carrera y el éxito como el objetivo último de sus vidas, y considerar como criterio auténtico la verdad y el amor".

El papa Benedicto XVI hizo sobre todo un llamamiento que no se abandone en la vida cotidiana el camino de la búsqueda de Dios. Benedicto XVI dijo que aquellos que eligen seguir a Jesús tenían que darse por completo.

Presidiendo el segundo Domingo de Ramos de su pontificado -Juan Pablo II murió justo después de la Semana Santa en 2005- el papa Benedicto XVI dijo a miles de peregrinos que tenían algo en común con la gente que vitoreó a Cristo en su llegada a Jerusalén. "Como ellos, nosotros alabamos al Señor en voz alta por todos los milagros que hemos visto", dijo Benedicto XVI sentado en un estrado enfrente de la basílica de San Pedro.

"Sí, también hemos visto y vemos los milagros de Cristo, cómo guía a hombres y mujeres a abandonar el confort de sus propias vidas y les pone completamente al servicio de aquellos que han sufrido, cómo da a hombres y mujeres el coraje para oponerse a la violencia y las mentiras y hace lugar en el mundo de la verdad", señaló el Papa. A constinuación, Benedicto XVI roció agua santa sobre las ramas de palmera situadas en la base del obelisco del centro de la plaza de San Pedro para recordar las palmas que llevaba la gente para dar la bienvenida a Jerusalén a Jesús.

Benedicto XVI concluyó este Domingo de Ramos con un llamamiento a los jóvenes para que "no se dejen llevar simplemente de aquí para allá por la vida", "no se conformen con lo que todos piensan, dicen y hacen" y "escruten el interior de sí mismos en busca de Dios". Miles de jóvenes llenaban la plaza de San Pedro porque el Domingo de Ramos coincidió este año con la "Jornada Mundial de la Juventud" celebrado en toda las diócesis católicas del mundo.

Esta Jornada Mundial da lugar cada tres años en una reunión mundial. La última se celebró en agosto de 2005 en Colonia (Alemania) y la próxima tendrá lugar en 2008 en Sidney (Australia).


Fuente: Hechos de hoy. com

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