El Papa pide prudencia en la carretera
«Carreteras seguras, prudencia y respeto al código de circulación e innovación tecnológica para reducir los numerosos accidentes de tráfico». No, no se trata de la campaña de la Dirección General de Tráfico para el próximo puente de mayo, ni de la última rueda de prensa del director general sobre el aumento de las muertes en la carretera. En realidad, son los consejos del Papa, quien de esta forma se hizo eco de la iniciativa de las Naciones Unidas, que han dedicado esta semana a la seguridad vial.
Quizás el variopinto grupo de fieles que se congregó ayer en la plaza de San Pedro se sorprendiera por tan inusual mensaje, pero lo cierto es que el Pontífice supo concretar las claves de la que es una de las principales causas de muerte en el mundo occidental. Comenzó con un llamamiento a las instituciones públicas para que se apliquen en «mantener la seguridad en las vías de circulación y salvaguardar la vida humana con los instrumentos idóneos». En la misma línea, el Papa también animó a los que se dedican a la «búsqueda de nuevas tecnologías y estrategias para reducir los numerosos accidentes en las carreteras de todo el mundo».
Y tampoco olvidó a los conductores: «Espero que un consciente sentido de responsabilidad hacia el prójimo induzca a los automovilistas, en especial a los jóvenes, a la prudencia y al mayor respeto del código de circulación».
Pero hasta este llamativo mensaje, la audiencia del miércoles había trascurrido con su esquema habitual. El Papa dedicó ayer su catequesis a presentar la figura del padre apostólico Orígenes de Alejandría, de quien destacó -citando las palabras de su biógrafo Eusebio de Cesarea- cómo «enseñó que la conducta debe corresponder exactamente a la palabra, y fue sobre todo por esto que, ayudado por la gracia de Dios, indujo a muchos a imitarle».
El Papa recordó que Orígenes «fue un verdadero maestro y un testigo ejemplar de la doctrina que trasmitía» y animó a los más de veinticinco mil fieles congregados en la plaza de San Pedro a que, acogiendo las enseñanzas de este padre apostólico, lean, interpreten y mediten la Biblia. «En la lectura orante de la escritura y en el compromiso de vida coherente, la Iglesia siempre se renueva y rejuvenece», afirmó el Pontífice.
En su catequesis, Benedicto XVI explicó que el «núcleo central» de la obra de Orígenes «es la triple lectura de la Biblia». Una primera con la «intención de asegurar el texto mejor y de ofrecer de ella la edición más fiable». «Éste es el primer paso», explicó el Papa, «conocer realmente lo que está escrito y lo que quería decir inicial e intencionalmente». «En segundo lugar, Orígenes leyó sistemáticamente la Biblia de forma minuciosa, amplia y profunda, con notas de carácter filológico y doctrinal». Finalmente, añadió el Papa, este padre apostólico «se dedicó muchísimo a la predicación de la Biblia, adaptándose a un público de composición muy variada».
Fuente: La Razón
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