sábado, 2 de diciembre de 2006

El Papa y Bartolome I se comprometen en trabajar por la unidad de los cristianos


Las bendiciones finales que Benedicto XVI y el Patriarca Ecuménico Bartolomé I impartieron ayer a los fieles desde un balcón del Patriarcado de Constantinopla concluyeron con un gesto inesperado, similar al de una victoria deportiva. Bartolomé I tomo la mano del Papa y la alzó como si fuese un campeón. Los dos patriarcas sonreían a gusto, y el público aplaudió a rabiar.

Benedicto XVI renovó la invitación, formulada por Juan Pablo II, a estudiar los modos de ejercicio del primado del Papa que permitan recuperar la unidad disfrutada durante todo el primer milenio, en que los patriarcados disfrutaban de una amplia autonomía organizativa y jurisdiccional.

La visita a la sede del «primus inter pares» de las Iglesias Ortodoxas, que mantienen una notable independencia entre ellas, concluyó con una declaración conjunta en la que Benedicto XVI y Bartolomé I invitan a seguir avanzando en la tareas de la comisión teológica mixta que estudia la «conciliaridad y autoridad en la Iglesia» para buscar un punto de equilibrio que permita la vuelta a la normalidad anterior al cisma del 1054.

Fuente: Ecclesia.es

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