La globalizacion se puede volver contra el hombre

La cultura debe ser construida siempre sobre el valor de la calidad humana porque de otra manera el fenómeno de la globalización se puede volver contra el hombre, advirtió hoy el Papa Benedicto XVI.

Al recibir en audiencia en el Palacio Apostólico del Vaticano a los participantes de un congreso promovido por el Pontificio Consejo de la Cultura con motivo de sus 25 años de fundación, el pontífice dijo que los católicos deben enfrentar este reto moderno.

‘Desde que el mundo se ha hecho más interdependiente gracias al desarrollo de los medios de comunicación y al consiguiente refuerzo de la red de las relaciones sociales es más urgente que nunca para la Iglesia promover el desarrollo cultural’, afirmó.

Agregó que éste debe establecerse sobre la calidad humana y espiritual de los mensajes que trasmitan los medios, porque sino la cultura ‘resiente inevitablemente de los procesos de globalización que pueden volverse contra el hombre’.

Benedicto XVI consideró que si los procesos de globalización cultural, sobre todo en los medios informativos, carecen de un ‘vigilante discernimiento’ pueden terminar por empobrecer al ser humano.

El Papa se refirió así, como lo ha hecho en repetidas ocasiones en los últimos meses, a la necesidad de impregnar el mundo de la cultura, las artes, la música y la información de buenos valores como la belleza y la bondad.

El Pontificio Consejo de la Cultura, cuyo presidente es el cardenal francés Paul Poupard, fue creado el 20 de mayo de 1982 por Juan Pablo II para “favorecer el encuentro entre el Evangelio y la pluralidad de las culturas en las diversas partes del mundo’.

‘Hoy, la apertura recíproca entre las culturas es más que nunca un terreno privilegiado para el diálogo entre los seres humanos comprometidos en la búsqueda de un auténtico humanismo, por encima de las divergencias que les separan’, dijo el Papa.

‘El cristianismo, también en el campo cultural, ofrece a todos la fuerza de renovación y de elevación más potente, es decir, el amor de Dios que se hace amor humano’, subrayó Benedicto XVI.

Fuente: Milenium