martes, 23 de enero de 2007

Una vida con Karol, de Stanislao Dziwisz, sale a la calle


En "Una vida con Karol", su secretario, Dziwisz, cuenta cómo le dejaron entrar a la cena de los cardenales electores, realizada justo después de la elección de Karol Wojtyla, para poder saludarle y éste le susurró al oído una popular expresión en dialecto romano: «Mi hanno eletto Papa. Che li possino...!» (¡Me han elegido Papa, ya les vale...!).

El libro recorre la vida del cardenal polaco desde el momento en que Juan Pablo II le pidió que fuera su secretario, cuando Wojtyla era arzobispo de Cracovia, en 1966.

Dziwisz cuenta que cuando Wojtyla era arzobispo de Cracovia ambos sabían que todo el edificio arzobispal estaba repleto de micrófonos y que, por ello, el entonces cardenal se divertía hablando en voz alta, diciendo las cosas que quería que todos oyeran, y elegía la montaña para sus encuentros privados.

El secretario relata que en la frontera polaca, cuando Wojtyla se disponía a viajar a Roma para participar en el Cónclave, la policía le requisó el pasaporte diplomático y le dio uno turístico.

Un capítulo especial es el dedicado al atentado de la Plaza de San Pedro, en 1981, en el que Dziwisz da detalles inéditos sobre las horas posteriores a los disparos y las graves condiciones en las que el Papa llegó al Policlínico Gemelli de Roma, distante varios kilómetros del Vaticano. Pero también reflexiona sobre quién organizó el atentado y se pregunta si «todos los indicios no apuntan al KGB», al tiempo que desmiente que hubieran advertido al Vaticano de la posibilidad de un ataque contra el Papa.

El secretario también comenta que sólo tras el atentado, Juan Pablo II comenzó a interesarse por el Tercer Secreto de Fátima, que como se reveló varios años más tarde se refería a dicho episodio.

Dziwisz también explica que la idea de realizar la histórica reunión de todas las confesiones religiosas en Asís le llegó del teólogo protestante Dietrich Bonhoeffer, asesinado por el ejército nazi y que había imaginado «una asamblea de las Iglesias cristianas contra la guerra».

Fuente: Diario de Navarra

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